Te llevo en mis manos, aguantando las ganas de tirarte y no volverte a ver en mi vida, miro atrás y sólo veo los infinitos problemas que me has dado año tras año y ¿aun me tengo que resignar a estar hasta el último de mis días contigo? Muchas veces pienso que no sirves para nada que no sea sufrir y llorar, lamentarse o perder la cabeza, tantos son los momentos en que ibamos bien y ¿qué pasó? Palos y más palos, nada bueno, nada merecedor de recordar más adelante y aquí me ves, contigo en mis pobres y congeladas manos esperando
alguna buena noticia tuya y así quedarme contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario