12.-Nihilismo, una etapa más de mi vida.

Yo, el ser que ha perdido la cabeza, la noción del tiempo, la sensación del bien o del mal, de poder disfrutar del uso de razón y el sentido común sobre la cosas, que sólo vive por algo, por la máxima plenitud que dan los impulsos guiados por el odio, la rabia, la destrucción, todo esto describe aquella etapa en la que me era igual si eras amigo o enemigo, querido o desgraciado, conocido o extraño, familiar o compañero, eras discriminado y acusado por nada, echado de mi vida sin la esperanza de volver a permanecer a ella.

Sí, sin duda había brotado la semilla del caos en mí, esa faceta mía que ni yo mismo conocía había surgido y gobernaba en todo mis ser hasta al punto de no existir nada más, de haber cegado completamente mi vista al mundo y se haberme encerrado en una cúpula llena de sentimientos negativos, comportamiento distinto a lo vivido anteriormente y el esfuerzo de haber obligado a hacer de mi corazón, una máquina encargada de matarme poco a poco.

Era una bomba de relojería, poco a poco notaba como perdía la noción de lo correcto y que de alguna manera me había convertido en lo que juré no ser nunca, en un ser gobernado por el odio y la pasión inclinada sólo hacia lo malo y olvidando lo bueno de la vida, TODO esto..todo por todo el rencor acumulado durante tanto tiempo, tantos años aguantando y tragándome mis propias palabras..pasaron factura.

Cómo imaginar que todo esto ocurría de verdad? Que nada era una ilusión y que todo no tenía razón de existencia...Por suerte apareció una persona en mi vida, que me ayudó y pudo restablecer mucho de lo que este recipiente vacío de emociones basadas en la bondad, ahora que he podido empezar a controlar mis impulsos y he avanzado como persona he conseguido hacer volver a la gente que más me importa a mi vida y todo gracias a la mejor persona que ha pasado por mi vida, gracias, sin ti no soy nada.

PD: No prometo mi salvación eterna puesto que no sé controlar bien del todo mi ser y no descarto la idea de volver atrás y transformarme de nuevo en él, en ese individuo lleno de locura y con afán de destrucción por todo lo que se proponga en su camino.